miércoles, 8 de junio de 2011

VIDEO DE RONALDINHO EN ACCION

FOTOS E IMAGENES DE RONALDINHO














FOTOS  E  IMAGENES...

RONALDINHO

BIOGRAFIA...


Nombre futbolístico de Ronaldo de Assis Moreira, Brasil, 1980). Futbolista brasileño. Ronaldinho Gaucho no es solo un jugador de fútbol, es el ídolo de millones de aficionados que ven en él la encarnación del “jogo bonito” brasileño, del fútbol hecho con arte que ilusiona a grandes y pequeños.

La historia de esta estrella del balompié empieza el día 21 de marzo del año 1980, cuando nace en la localidad brasileña de Porto Alegre el pequeño Ronaldo de Assis Moreira en el seno de una familia de origen humilde en la que se vive con entusiasmo la afición por este deporte. Y es que fue su padre Joao quien le inculcó el amor por el fútbol, igual que a su hermano mayor Roberto.

Precisamente era éste quien parecía predestinado a ser un número uno con el balón, pero cuando Ronaldo era aún solo un niño demostró sus habilidades y Roberto se retiró de la práctica profesional para convertirse en el manager de una futura figura internacional: Ronaldinho.

Ronaldinho no olvida ni sus sencillos orígenes ni la temprana muerte de su padre cuando él tenía ocho años. Fue un desgraciado accidente el que llevó a Joao a morir en la piscina de la casa que el club Gremio Porto Alegre había regalado a la familia por el contrato de su hermano Roberto. Pese a todas estas situaciones poco agradables que vive desde pequeño, Ronaldinho pisa fuerte en los campos de fútbol de todo el mundo desde el principio. Los aficionados le consideran un verdadero artista del balón cuya rapidez y habilidad le permiten triunfar en su posición natural de media punta.

La carrera profesional de Ronaldinho se inicia en el 1997 cuando empieza a jugar en el club de su ciudad, el Gremio Porto Alegre. Además, ese mismo año consigue ser Campeón del Mundo y máximo goleador con la selección Sub-17 de Brasil. Es el disparo de salida de una trayectoria llena de éxitos.


Durante cuatro años Ronaldinho juega en el Gremio de Porto Alegre y evoluciona como futbolista. A parte de que obtiene excelentes resultados con su equipo triunfa con la selección canarinha en la Copa América de 1999. En este torneo es también elegido mejor jugador después de marcar seis goles, uno de ellos contra Venezuela y aún recordado por sus seguidores gracias a su extraordinaria belleza y espectacularidad.

En el año 2001, y después de participar incluso en los Juegos Olímpicos de Sydney, Ronaldinho lleva acumuladas a sus espaldas temporadas de triunfos en el fútbol de su país y decide dejar Brasil para dar un salto internacional e integrarse en un equipo europeo. Diversos clubs optan a ficharlo hasta que se decide por el prestigioso Paris Saint Germain, un clásico de la liga francesa.

La estancia de Ronaldinho en Francia no es desde buen principio tan perfecta como cabía esperar dada su fama en Brasil. Algunos problemas administrativos impiden que debute enseguida en el equipo y, cuando consigue hacerlo, tiene diversos enfrentamientos con su entrenador de por aquel entonces, Luís Fernández.

Pese a que los conceptos de ambos acerca de lo que debe ser el fútbol no coinciden en muchos aspectos, se mantiene en el equipo francés hasta el año 2003 y logra obtener diferentes títulos internacionales. Así, en el 2002 es campeón del Mundo con la selección absoluta de Brasil y gana la Copa Intertoto con el París Saint Germain.

En el verano del 2003 la directiva del Fútbol Club Barcelona encabezada por su presidente Joan Laporta y Sandro Rossell (vicepresidente azulgrana y uno de sus mejores amigos) consigue fichar a Ronaldinho por 25 millones de euros. Se convierte en el número 10 del equipo y logra desplegar su mejor fútbol para devolver la ilusión perdida a la afición del Barça, que espera ganar grandes títulos nacionales e internacionales gracias a sus espectaculares filigranas futbolísticas.


martes, 7 de junio de 2011

biografia de gonsalo jimenes de que quesada

(Granada, España, 1509 - Mariquita, Colombia, 1579) Conquistador y cronista español, descubridor del reino de Nueva Granada (actual Colombia) y fundador de su capital, Santa Fe de Bogotá. Frente a las colosales figuras de Cristóbal Colón, Hernán Cortés o Francisco Pizarro, el nombre de Gonzalo Jiménez de Quesada apenas es recordado en la actualidad salvo por los expertos. La importancia de sus conquistas y el esfuerzo realizado por él fueron parejos, si no superiores, a los de los protagonistas de la colonización, si bien es cierto que los logros de Quesada se producen de forma tardía y resultan menos espectaculares.

No hay certeza de que fuera en Granada donde nació Gonzalo Jiménez de Quesada, ni de que transcurriese en el año 1509, aunque los historiadores dan por buenos ambos datos a falta de otros documentos que los contradigan. De lo que no hay duda es de su estancia en Italia como soldado hasta 1530, fecha en que regresó a España y comenzó la carrera jurídica en la ciudad de Granada. Terminados los estudios con gran brillantez, el título de licenciado y su fama de combatiente veterano fueron las llaves que le abrieron las puertas de la Real Cancillería de Granada, donde ocupó un puesto de letrado que acabaría catapultándolo al otro lado del océano.

Había muerto el gobernador de Santa Marta, ciudad situada en la costa caribeña de lo que hoy es Colombia, y como sustituto fue elegido Pedro Fernández de Lugo, a quien se concedió unas capitulaciones con el título de adelantado y derecho a llevar hasta aquellos pagos a su personal de confianza. Fernández de Lugo no dudó en designar a Quesada para el cargo de justicia mayor y teniente general de la expedición, considerando con acertado juicio que era "hombre despierto y de agudo ingenio, no menos apto para las armas que para las letras". La travesía fue emprendida de inmediato y en 1536 Quesada se encontraba ya en el Nuevo Mundo.

Muchas habían sido las intentonas que desde la costa, ya fuera partiendo de Santa Marta o de Cartagena de Indias, se habían realizado buscando las ricas tierras que seguramente existían en el interior del continente. Todas habían fracasado debido a las dificultades que suponía adentrarse en las abruptas selvas y sortear los impetuosos ríos que las surcaban. Ésta fue la misión que, poco después de su llegada, le encomendó Fernández de Lugo. Jiménez de Quesada remontó el río Magdalena, exploró los valles de su curso medio y en 1537 alcanzó las llanuras de la meseta de Cundinamarca, situada en el centro de Colombia. Para ello hubo de afrontar numerosos peligros (plagas tropicales, legiones de mosquitos y ataques de indígenas provistos de flechas envenenadas) y superar además una barrera geográfica hasta entonces infranqueable, la formada por la cadena de los Andes septentrionales.

En el altiplano de Cundinamarca encontró Quesada la civilización artesana y agrícola de los chibchas o muiscas, a los que sometió apenas sin derramamiento de sangre, sirviéndose más de la razón que de la espada. Además, la labor de los españoles fue facilitada por el hecho de que la cruz era un signo sagrado para los nativos, que, como en otros sitios, consideraron a los recién llegados hijos del Sol, dios al que veneraban. El 5 de agosto de 1538, el licenciado Quesada fundaba la ciudad de Santa Fe de Bogotá, la que había de convertirse en la capital del reino de Nueva Granada.

La importancia estratégica y la extensión de los territorios conquistados podían compararse con las del México ocupado por Hernán Cortés, pero desgraciadamente la metrópoli estaba ya cansada de gestas y muy necesitada de riquezas, y era evidente que en la sabana de Cundinamarca no había un Moctezuma ni una Tenochtitlán repleta de palacios, sino simples agrupaciones de tipo aldeano cuya única riqueza eran los gigantescos árboles y las feraces tierras. Por ello la conquista de Quesada ha quedado en la historia en un segundo plano.

A comienzos de 1539 llegaron a Bogotá dos nuevas expediciones: la de Sebastián de Belalcázar, procedente de Perú, y la del alemán Nicolás Federmann, que había partido de Venezuela. Los tres capitanes estuvieron a punto de entablar una guerra, pero al fin determinaron regresar juntos a España para que el monarca decidiese a quién correspondía la gobernación de Nueva Granada. A pesar de que todo el mérito correspondía a Quesada y de que él era el único que había actuado legítimamente por orden de un superior (tanto Belalcázar como Federmann lo habían hecho por cuenta propia), el Consejo de Indias resolvió no otorgar a ninguno de los tres el ansiado título de gobernador.

Hasta mayo de 1547, ocho años después de su regreso, no se recompensó a Quesada con el nombramiento honorífico de Mariscal del reino de Nueva Granada, aunque jamás conseguiría un mando con jurisdicción sobre las tierras que había conquistado. Jiménez de Quesada regresó nuevamente a Santa Fe de Bogotá en 1550 y emprendió una expedición por la región de los Llanos orientales en busca de los tesoros de El Dorado que sería un fracaso: las riberas del impetuoso Orinoco fueron superiores a sus ya menguadas fuerzas. Viejo, enfermo y arruinado, se retiró en Suesca.

Los últimos años de su vida los dedicó a escribir una serie de obras de las cuales se ha perdido la mayor parte. No se conserva ni su Relación de la conquista del Nuevo Reino de Granada, ni el libro titulado Ratos de Suesca ni el llamado Compendio historial de las conquistas del Nuevo Reino, donde al parecer abordaba una historia completa de los primeros años de colonización. Sí que ha llegado hasta nosotros su Antijovio, texto en el que narra los acontecimientos principales ocurridos en Europa en la primera mitad del siglo que le tocó vivir. La obra trata de demostrar la falsedad de las aseveraciones y relatos antiespañoles del cronista italiano Paolo Giovio, historiador de fortuna que gozó de cierto improcedente predicamento en la época.

La última hazaña de Gonzalo Jiménez de Quesada fue resistir durante cuatro largos años a un enemigo invencible: la lepra. Fue esta terrible enfermedad la que acabó con su vida en 1579, días después de que dictase testamento y pusiera en orden los numerosos papeles que habían brotado de su pluma. Sus hombres le rindieron honores de adelantado, pues consideraban que él, y sólo él, había descubierto y conquistado las tierras de Nueva Granada.


miércoles, 1 de junio de 2011

biografia de lope de aguirre

Lope de Aguirre
Conquistador rebelde español (Oñate, Guipúzcoa, 1511/15 - Barquisimeto, Venezuela, 1561). Pasó al Perú poco después de su descubrimiento, hacia 1536. Participó en la conquista y colonización de varios lugares, pero sobre todo se vio involucrado en las luchas entre los colonizadores españoles; primero en las guerras civiles entre Francisco Pizarro y Diego de Almagro (1537-54) y, más tarde, apoyando al virrey Blasco Núñez de Vela en la implantación de las Leyes Nuevas contra la resistencia de parte de los colonos, encabezados por Gonzalo Pizarro (1544-46).
Condenado por un juez a ser azotado públicamente por incumplir las leyes que protegían a los indios (1551), persiguió a dicho juez hasta matarle; su fuga de la Justicia cesó en 1554, al acogerse a la amnistía concedida por Pedro de Alvarado a los que se alistaran para luchar contra la rebelión de Hernández Girón.
En 1560 se embarcó en la expedición de Pedro de Ursúa en busca de las legendarias riquezas de Eldorado; una flota con centenares de soldados descendió por los ríos Huallaga y Amazonas, sin encontrar rastro de riqueza alguna: el descontento consiguiente fue aprovechado por Lope de Aguirre para organizar un motín, asesinar a Ursúa y tomar el mando de la expedición.
En lugar de regresar al punto de partida, como pretendía Ursúa, Aguirre continuó el descenso por el Amazonas, en medio de una sucesión de crímenes. En 1561 se rebeló contra el rey de España (a quien hizo llegar una carta) y proclamó a uno de sus colaboradores (Fernando de Guzmán, a quien también mataría poco después) «Príncipe del Perú, Tierra Firme y Chile»; no sin anacronismo, algunos historiadores han querido ver en este gesto alucinado un precedente de la independencia americana.
Navegó hasta el Atlántico y bordeó la costa hasta Venezuela, con intención de llegar a Panamá, apoderarse de la flota y fomentar una sublevación contra la metrópoli. Aunque el gobernador de Venezuela y gran parte de la población habían huido aterrados por la llegada de Aguirre, éste no pudo vencer la resistencia organizada por unos cuantos viejos colonos, ya que la mayor parte de sus compañeros habían desertado.
Viéndose perdido, Aguirre asesinó a su propia hija Elvira, que le había acompañado durante todo el viaje, para que no cayera en manos de sus enemigos; y éstos le dieron muerte en el lugar, rechazando su pretensión de que se le hiciera juicio.

biografia de pedro mendoza

Pedro de Mendoza
Conquistador español del Río de La Plata y fundador de Buenos Aires (Guadix, Granada, h. 1487 - en el mar, 1537). Pertenecía a la familia aristocrática castellana de los Mendoza, titulares del Ducado del Infantado. Como paje de cámara de Carlos I llevó una vida cortesana y también guerrera (combatió contra los franceses en Italia).
Por capitulaciones de 1534, el rey le puso al frente de una expedición destinada a penetrar en el interior de Sudamérica desde sus costas orientales, adelantándose a los portugueses en la carrera por alcanzar las fabulosas riquezas de las que hablaban las leyendas indígenas (referentes, sin duda, al imperio incaico). El mismo Mendoza financió la expedición, obteniendo a cambio amplios poderes de conquista y colonización como adelantado, gobernador y capitán general de un extenso territorio.
Partió de Sanlúcar de Barrameda con 13 navíos en 1535, y en 1536 fundó en el estuario del Plata la ciudad de Nuestra Señora del Buen Aire (origen de la actual Buenos Aires), a la que dio ese nombre en honor de una virgen patrona de los marineros de Cerdeña. Entonces comenzaron sus dificultades: enfermo de sífilis, Mendoza hubo de hacer frente a los ataques indígenas y al hambre, mientras se esfumaban sus esperanzas de encontrar la «Sierra de la Plata» o el «Rey blanco» de los relatos míticos.
Al agravarse su enfermedad decidió regresar a España, completamente arruinado, dejando que fuera su alguacil mayor, Juan de Ayolas, el que continuara la expedición remontando el curso de los ríos Paraná, Paraguay y Pilcomayo. Mendoza murió durante la travesía del Atlántico

biografia de francisco pizarra

Francisco Pizarro
(Trujillo, España, 1478-Lima, 1541) Conquistador español. Hijo natural del capitán Gonzalo Pizarro, desde muy joven participó en las guerras locales entre señoríos y acompañó a su padre en las guerras de Italia.
En 1502, embarcó en la flota que llevaba a las Indias a Nicolás de Ovando, el nuevo gobernador de La Española. Hombre inquieto y de fuerte carácter, no logró adaptarse a la vida sedentaria del colonizador, razón por la que decidió participar en la expedición de Alonso de Ojeda que exploró América Central (1510) y luego en la de Vasco Núñez de Balboa que descubrió el océano Pacífico (1513).
Entre 1519 y 1523, sin embargo, se instaló en la ciudad de Panamá, de la cual fue regidor, encomendero y alcalde, lo que le permitió enriquecerse. Conocedor de los rumores que hablaban de la existencia de grandes riquezas en el Imperio Inca, decidió unir la fortuna que había amasado con la de Diego de Almagro para financiar dos expediciones de conquista (1524-1525 y 1526-1528), que se saldaron con sendos fracasos.
A causa de las penalidades sufridas en el segundo intento, Pizarro se retiró a la isla del Gallo con doce hombres, mientras Almagro iba a Panamá en busca de refuerzos. Los «trece de la fama» aprovecharon para explorar parte de la costa oeste de América del Sur, región que denominaron Perú, tal vez por la proximidad del rio Virú, y tuvieron constancia de la existencia de una gran civilización. No obstante, ante la negativa del gobernador de Panamá a conceder más hombres a Almagro, en 1529 Pizarro viajó a España a fin de exponer sus planes al rey Carlos I, quien, en las capitulaciones de Toledo (26 de julio de 1529), lo nombró gobernador, capitán general y adelantado de las nuevas tierras, designación real esta que provocó el recelo y la frustración de Almagro.
De regreso en Panamá (1530), Pizarro preparó una nueva expedición de conquista, y en enero de 1531 embarcó con un contingente de 180 hombres y 37 caballos hacia Perú. Informado de la guerra que enfrentaba al emperador inca Atahualpa con su hermanastro Huáscar, el 16 de noviembre de 1532 el conquistador español se entrevistó en la ciudad de Cajamarca con Atahualpa y, tras exhortarle sin éxito a que abrazase el cristianismo y se sometiera a la autoridad de Carlos I, lo capturó en un sangriento ataque por sorpresa.
El inca acordó con los extranjeros llenar de oro, plata y piedras preciosas una habitación a cambio de su libertad, pero de nada le sirvió cumplir su parte del pacto, pues Pizarro, reforzado por la llegada de Almagro al frente de un centenar de arcabuceros, acusó a Atahualpa de haber ordenado el asesinato de Huáscar desde la prisión y de preparar una revuelta contra los españoles y ordenó su ejecución, que se cumplió el 29 de agosto de 1533. A continuación se alió con la nobleza inca, lo cual le permitió completar sin apenas resistencia la conquista de Perú, empezando por Cuzco, la capital del Imperio (noviembre de 1533), y nombrar emperador a Manco Cápac II, hermano de Huáscar.
Poco después, Pizarro y Almagro se enemistaron por la posesión de Cuzco, y si bien primero unieron sus fuerzas para sofocar la rebelión indígena dirigida por Manco Cápac contra el dominio español (1536), acabaron por enfrentarse abiertamente en la batalla de las Salinas, en abril de 1538. Derrotado y prisionero, Almagro fue procesado, condenado a muerte y ejecutado por Hernando Pizarro, hermano del conquistador (8 de julio de 1538).
La venganza de los partidarios de Almagro, liderados por su hijo, se produjo el 26 de junio de 1541, fecha en que Pizarro murió asesinado en su palacio de Lima, ciudad que él mismo había fundado a orillas del río Rímac seis años antes.

biografia de hernan de soto

Hernando de Soto
(Villanueva de Barcarrota, España, 1500-en el río Mississippi, actual EE UU, 1542) Conquistador y explorador español. Viajó a América y participó en la expedición de Gaspar de Espinosa que descubrió la costa de Nicaragua, y luego en la conquista de este territorio, a las órdenes de Hernández de Córdoba, en 1523.
En 1532 emprendió viaje como tercer capitán en la expedición de Francisco Pizarro al Perú, donde colaboró en la conquista del Tahuantinsuyo (el Imperio Inca). Como recompensa recibió la encomienda de Piura, y acumuló una gran fortuna después del reparto que Pizarro hizo del tesoro que Atahualpa había pagado infructuosamente por su libertad. Al igual que el resto de los conquistadores, se erigió en miembro de una nueva nobleza militar que basaba su poder en las grandes propiedades señoriales conseguidas en América.
Enemistado con Pizarro en 1535, regresó a España, donde casó con Isabel de Bobadilla, hija del gobernador Pedrarias, tras lo cual consiguió una capitulación de la Corona para colonizar la Florida, además de los títulos de adelantado de la Florida y gobernador de Cuba. En 1538 arribó con sus hombres a La Habana y, tras reedificar el fuerte, partió hacia la Florida. Desembarcó en la bahía del Espíritu Santo (Tampa), desde donde se adentró en el continente, para luchar a partir de ese momento sin descanso contra el clima y los indios hostiles. Durante tres años, su exploración de las llanuras del sur de los actuales Estados Unidos fue una marcha desesperada por conseguir unas imaginarias riquezas. Llegó a Alabama en octubre de 1540 y descubrió el Mississippi, uno de los mayores ríos del mundo.
Tras cruzarlo a la altura de la actual Memphis, alcanzó las mesetas que flanquean el río White, en la confluencia con uno de los principales afluentes del Mississippi, el Ohio, y regresó luego hasta el gran río, donde, gravemente enfermo, murió.

biografia de hernan cortès

Hernán Cortés
Conquistador español de México (Medellín, Badajoz, 1485 - Castilleja de la Cuesta, Sevilla, 1547). Procedente de una familia de hidalgos de Extremadura, Hernán Cortés estudió brevemente en la Universidad de Salamanca. En 1504 pasó a las Indias recién descubiertas por Colón y se estableció como escribano y terrateniente en La Española (Santo Domingo). Participó en la expedición a Cuba de 1511 como secretario del gobernador Diego Velázquez, con quien emparentó al casarse con su cuñada y que le nombró alcalde de la nueva ciudad de Santiago.
En 1518 Diego Velázquez confió a Hernán Cortés el mando de una expedición a Yucatán; sin embargo, el gobernador desconfiaba de Cortés, a quien ya había encarcelado en una ocasión acusado de conspiración, y decidió relevarle del encargo antes de partir. Advertido Cortés, aceleró la partida y se hizo a la mar antes de recibir la notificación (1519).
Con once barcos, unos seiscientos hombres, 16 caballos y 14 piezas de artillería, Hernán Cortés navegó desde Santiago a Cozumel y Tabasco; allí derrotó a los mayas y recibió -entre otros regalos- a la india doña Marina, que le serviría como amante, consejera e intérprete durante toda la campaña.
Desobedeciendo órdenes expresas del gobernador Velázquez, fundó en la costa del golfo de México la ciudad de Villa Rica de la Veracruz. Allí tuvo noticias de la existencia del imperio azteca en el interior, cuya capital se decía que guardaba grandes tesoros, y se aprestó a su conquista.
Para evitar la tentación de regresar que amenazaba a muchos de sus hombres ante la evidente inferioridad numérica, Hernán Cortés hundió sus naves en Veracruz. Logró la alianza de algunos pueblos indígenas sometidos a los aztecas, como los toltecas y tlaxcaltecas. Tras saquear Cholula, llegó a la capital azteca, Tenochtitlán, en donde fue recibido pacíficamente por el emperador Moctezuma, que se declaró vasallo del rey de Castilla. La posible identificación de los españoles con seres divinos y de Cortés con el anunciado regreso del dios Quetzalcoátl favoreció quizá esta acogida a unos extranjeros que enseguida se empezaron a comportarse como invasores ambiciosos y violentos.
Entonces tuvo que dejar la ciudad a su lugarteniente Alvarado, para hacer frente a las tropas de Pánfilo de Narváez, enviadas por el gobernador Velázquez para castigar su rebeldía y devolverle a Cuba; Cortés los derrotó en Cempoala y consiguió que se uniese a él la mayor parte del contingente (1520). Cuando regresó a Tenochtitlán, encontró una gran agitación indígena contra los españoles a causa de los ataques realizados a sus creencias y símbolos religiosos y de la matanza de sus nobles por Alvarado para desbaratar una supuesta conspiración. Hizo prisionero a Moctezuma e intentó que éste mediara para calmar a su pueblo, sin lograr otra cosa que la muerte del emperador.
Finalmente, Cortés se vio obligado a abandonar Tenochtitlán en la llamada «Noche Triste» (30 de junio de 1520), en la que su pequeño ejército resultó diezmado. Refugiado en Tlaxcala, siguió luchando contra los aztecas -ahora bajo el mando de Cuauhtémoc-, a los que derrotó en la batalla de Otumba; y, finalmente, cercó y tomó Tenochtitlán (1521). Destruida la capital azteca, reconstruyó en el mismo lugar (una isla en el centro de un lago) la ciudad española de México. Dominado el antiguo imperio azteca, lanzó expediciones hacia el sur para anexionar los territorios de Yucatán, Honduras y Guatemala.
Los detalles de la conquista de México, así como los argumentos que justificaban las decisiones de Hernán Cortés fueron expuestos en las cuatro Cartas de relación que envió al rey. En 1522 fue nombrado gobernador y capitán general de Nueva España (nombre que dieron los conquistadores al territorio mexicano). Sin embargo, la Corona española -ya en manos de Carlos I- practicó una política de recorte de los poderes de los conquistadores, para controlar más directamente las Indias; funcionarios reales aparecieron en México enviados para compartir la autoridad de Cortés hasta que, en 1528, éste fue destituido y enviado a la Península.
En España salió absuelto de todas las acusaciones e incluso fue nombrado marqués del Valle de Oaxaca, además de conservar el cargo honorífico de capitán general, aunque sin funciones gubernativas. De vuelta a México en 1530, todavía organizó algunas expediciones de conquista, como las que incorporaron a México la Baja California (1533 y 1539).
Regresó nuevamente a España para intentar obtener mercedes de la Corona por los servicios prestados, para lo cual llegó a participar en una expedición contra Argel en 1540; pero sus reclamaciones nunca obtuvieron plena satisfacción. Se instaló en un pueblo cercano a Sevilla, en donde reunió una tertulia literaria y humanística. El conquistador de México, impulsado por un gran fervor religioso -aparte de la ambición de honores y riquezas común a todos los conquistadores-, fue un hombre culto y con preocupaciones morales inusuales en su entorno (como la de plantearse si era legítimo esclavizar a los indios).

biografia de amèrico vespusio

Américo Vespucio
(Amerigo Vespucci; Florencia, 1454 - Sevilla, 1512) Navegante italiano cuyo nombre originaría la denominación del continente americano. Como es sabido, Cristóbal Colón murió creyendo que había llegado a las Indias, sin sospechar que aquellas islas de las que había tomado posesión en nombre de la Corona de Castilla pertenecían a un nuevo continente. Un amigo suyo, Américo Vespucio, fue el encargado de decir a la vieja Europa que las tierras halladas por Colón no eran las asiáticas, sino que formaban parte de una "cuarta pars" del mundo a la que daría su nombre involuntariamente. Este hombre, insignificante frente a la gran figura de Colón, también murió sin conocer los efectos de su revolucionaria noticia: la póstuma gloria, derivada de ese bautismo casual, para él y para su linaje.
Amerigo Vespucci era un florentino que había llegado a España como empleado de comercio poco antes de la primera salida de Colón. La casa bancaria de los Médicis lo envió a Castilla para una misión mercantil por cuenta de un tal Beraldi, y el italiano se acomodó en las cercanías de la corte estableciendo contactos y proyectando negocios con algunos destacados señores. Cuando el 15 de marzo de 1493 regresó Cristóbal Colón de su primera singladura y habló de las inmensas riquezas encontradas, las casas comerciales de Génova y Venecia empezaron a especular con la posibilidad de abrir nuevas rutas para el transporte de las especias, producto codiciadísimo en aquella época. También los Médicis trataron de informarse con vistas a orientar sus futuros negocios, y posiblemente las primeras noticias de la hazaña de Colón llegaron a ellos a través de las cartas, más o menos precisas, de Vespucio.
La repentina muerte de Beraldi, sin embargo, dejó a Américo sin patrón y sin medios de vida. Así nació su propósito de emprender él mismo viaje a las Indias, lo que hizo en 1497 y luego en mayo de 1499. En esta segunda expedición, dirigida por Alonso de Ojeda, siguió la ruta del tercer viaje de Colón: el 4 de mayo de 1499, las naves zarparon del Puerto de Santa María y, tras veinticinco días de navegación, llegaron a la desembocadura del Orinoco, ya descubierta por Colón, e iniciaron el recorrido de la costa en dirección norte. Las características geográficas de la costa baja e inundable, así como los accidentes previos a la entrada al lago Maracaibo, recordaron Venecia a Américo Vespucio y, por ello, llamó a aquellas tierras Venezuela o pequeña Venecia. La expedición de Ojeda prosiguió su exploración hasta alcanzar el cabo de Vela, en la actual Colombia, y los cartógrafos fijaron por primera vez parte del contorno de las tierras descubiertas.
A su regreso, Vespucio continuó con su labor informativa para los Médicis y, según parece, se dispuso a emprender nuevos viajes. Aunque la autenticidad de sus posteriores expediciones ha sido puesta en duda por numerosos historiadores, el mismo Vespucio da cuenta en sus cartas de dos más. En el tercer viaje, al servicio del rey de Portugal, asegura haber costeado Brasil y regresado a Lisboa en julio de 1502; y en el cuarto, también por cuenta portuguesa, debió de recorrer de nuevo las costas brasileñas a finales de 1503, confirmando sus sospechas de que aquel continente no era Asia. Lo cierto es que en 1504 se publicó en Augsburgo el opúsculo Mundus Novus (Nuevo Mundo), donde se reproducía una carta de Vespucio a Lorenzo de Médicis en la que narraba sus viajes, y al año siguiente se imprimía su segunda obra, Lettera di Amerigo Vespucci delle isole nuovamente ritrovate in quattro suoi viaggi, en la que expresaba su convencimiento de que entre Europa y Asia existían nuevas tierras.
Tan extraordinarias revelaciones fascinaron al cosmógrafo alemán Martin Waldseemüller, quien decidió editar en 1507 las cartas de Vespucio junto a su Cosmographiae Introductio. En este trabajo incluía los retratos de Ptolomeo y Vespucio, y en su prefacio escribió: "Ahora que esas partes del mundo han sido extensamente examinadas y otra cuarta parte ha sido descubierta por Américo Vespucio, no veo razón para que no la llamemos América, es decir, tierra de Américo, su descubridor, así como Europa, África y Asia recibieron nombres de mujeres."
El nombre de América empezó a difundirse y a inundarlo todo. Poco antes, en 1505, Amerigo Vespucci se había convertido en Américo Vespucio al serle concedida la naturalización en los reinos de Castilla y León. Su fama como marino y comerciante había crecido considerablemente, hasta el punto de llevarle a participar en la Junta de Burgos al lado de marinos, descubridores y cartógrafos tan ilustres como Pinzón, Solís y Juan de la Cosa en 1507, y a ser nombrado piloto mayor de la Casa de Contratación al año siguiente.
A su muerte, acaecida en 1512, el Nuevo Mundo se había convertido definitivamente en América. Pasados algunos años, Waldseemüller tuvo noticias del verdadero descubridor del cuarto continente y quiso enmendar su yerro en una nueva edición de su obra que vio la luz en 1516. Era demasiado tarde y nadie le escuchó. Sólo un trozo de tierra americana adoptó el apellido del almirante pionero: Colombia. A principios del siglo XIX, Simón Bolívar soñó con un vasto país llamado Gran Colombia e intentó infructuosamente dar vida a su sueño. Hubiera sido una mediana compensación para el hombre que protagonizó la más deslumbrante epopeya de la Era Moderna, pero el destino tampoco la permitió.

biografia de critò´bal colon

Cristóbal Colón
Descubridor de América (Génova?, 1451 - Valladolid, 1506). El origen de este navegante, probablemente italiano, está envuelto en el misterio por obra de él mismo y de su primer biógrafo, su hijo Hernando. Parece ser que Cristóbal Colón empezó como artesano y comerciante modesto y que tomó contacto con el mar a través de la navegación de cabotaje con fines mercantiles.
En 1476 naufragó la flota genovesa en la que viajaba, al ser atacada por corsarios franceses cerca del cabo de San Vicente (Portugal); desde entonces Colón se estableció en Lisboa como agente comercial de la casa Centurione, para la que realizó viajes a Madeira, Guinea, Inglaterra e incluso Islandia (1477).
Luego se dedicó a hacer mapas y a adquirir una formación autodidacta: aprendió las lenguas clásicas que le permitieron leer los tratados geográficos antiguos (tomando conocimiento de la idea de la esfericidad de la Tierra, defendida por Aristóteles); y empezó a tomar contacto con los grandes geógrafos de la época (como el florentino Toscanelli).
De unos y otros le vino a Cristóbal Colón la idea de que la Tierra era esférica y de que la costa oriental de Asia podía alcanzarse fácilmente navegando hacia el oeste (ya que una serie de cálculos erróneos le habían hecho subestimar el perímetro del Globo y suponer, por tanto, que Japón se encontraba a 2.400 millas marinas de Canarias, aproximadamente la situación de las Antillas). Marineros portugueses versados en la navegación atlántica le informaron seguramente de la existencia de islas que permitían hacer escala en la navegación transoceánica; e incluso es posible que, como aseguran teorías menos contrastadas, tuviera noticia de la existencia de tierras por explorar al otro lado del Océano, procedentes de marinos portugueses o nórdicos (o de los papeles de su propio suegro, colonizador de Madeira).
Con todo ello, Colón concibió su proyecto de abrir una ruta naval hacia Asia por el oeste, basado en la acertada hipótesis de que la Tierra era redonda y en el doble error de suponerla más pequeña de lo que es e ignorar la existencia del continente americano, que se interponía en la ruta proyectada. El interés económico del proyecto era indudable en aquella época, ya que el comercio europeo con Extremo Oriente era extremadamente lucrativo, basado en la importación de especias y productos de lujo; dicho comercio se realizaba por tierra a través de Oriente Medio, controlado por los árabes; los portugueses llevaban años intentando abrir una ruta marítima a la India bordeando la costa africana (empresa que culminaría Vasco da Gama en 1498).
Colón ofreció su proyecto al rey Juan II de Portugal, quien lo rechazó asesorado por un comité de expertos. Probó suerte entonces en España con el duque de Medina Sidonia y con los Reyes Católicos, que lo rechazaron igualmente, por considerarlo inviable y por las desmedidas pretensiones de Colón.
Finalmente, la reina Isabel aprobó el proyecto de Colón por mediación del tesorero del rey, Luis de Santángel, a raíz de la toma de Granada, que ponía fin a la reconquista cristiana de la Península frente al Islam (1492). La reina otorgó las Capitulaciones de Santa Fe, por las que concedía a Colón una serie de privilegios como contrapartida a su arriesgada empresa; y financió una flotilla de tres carabelas -la Pinta, la Niña y la Santa María-, con las que Colón partió de Palos el 3 de agosto de 1492.
Navegó hasta Canarias y luego hacia el oeste, alcanzando la isla de Guanahaní (San Salvador, en las Bahamas) el 12 de octubre; en aquel viaje descubrió también Cuba y La Española (Santo Domingo) e incluso construyó allí un primer establecimiento español con los restos del naufragio de la Santa María (el fuerte Navidad). Persuadido de que había alcanzado las costas asiáticas, regresó a España con las dos naves restantes en 1493.
Colón realizó tres viajes más para continuar la exploración de aquellas tierras: en el segundo (1493-96) tocó Cuba, Jamaica y Puerto Rico y fundó la ciudad de La Isabela; pero hubo de regresar a España para hacer frente a las acusaciones surgidas del descontento por su forma de gobernar La Española. En el tercer viaje (1498-1500) descubrió Trinidad y tocó tierra firme en la desembocadura del Orinoco; pero la sublevación de los colonos de La Española forzó su destitución como gobernador y su envío prisionero a España.
Tras ser juzgado y rehabilitado, se le renovaron todos los privilegios -excepto el poder virreinal- y emprendió un cuarto viaje (1502) con prohibición de acercarse a La Española; recorrió la costa centroamericana de Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá. Regresó a España aquel mismo año y pasó el resto de su vida intentando conseguir mercedes reales para sí mismo y para sus descendientes, pues el rey Fernando intentaba recortar los privilegios concedidos ante las proporciones que iba tomando el descubrimiento y la inconveniencia de dejar a un advenedizo como único señor de las Indias.
Colón había descubierto América fortuitamente como consecuencia de su intuición y fuerza de voluntad. Aunque fracasó en su idea original de abrir una nueva ruta comercial entre Europa y Asia, abrió algo más importante: un «Nuevo Mundo» que, en los años siguientes, sería explorado por navegantes, misioneros y soldados de España y Portugal, incorporando un vasto imperio a la civilización occidental y modificando profundamente las condiciones políticas y económicas del Viejo Continente. Aunque los vikingos habían llegado a América del Norte unos quinientos años antes (expedición de Leif Ericson), no habían dejado establecimientos permanentes ni habían hecho circular la noticia del descubrimiento, quedando éste, por tanto, sin consecuencias hasta tiempos de Colón.